Asmodeo enseña en Salamanca




Fuente: Menghinno en Destino y Tarot:

La célebre Cueva de Salamanca es un enclave que ha dado nacimiento a una popular leyenda. Está ubicado en la ciudad de Salamanca (España), y no es más que una cripta de lo que alguna vez fue la iglesia de San Cebrián. Según la creencia popular de esa ciudad, en este lugar el Diablo en persona impartía clases a sus seguidores. Esta leyenda trascendió tanto, que en muchos lugares similares en América, son llamados salamancas a los lugares en donde se creía se reunían Satanás con sus seguidores o se hacían este tipo de rituales, inclusive el escritor Cervantes se ocupa de ella en su entremés La cueva de Salamanca.

Cuenta la leyenda que el demonio Asmodeo y otros demonios similares, en las oscuras noches daba clases de adivinación y otras artes oscuras a 7 alumnos, acabando cada clase, este hacía un sorteo entre sus alumnos, y el que salía elegido, quedaba en manos del demonio. Una de esas veces salió sorteado el Marqués de Villena, el cual logró escapar de las manos del demonio, pero tuvo que dejar su sombra con él, quedando así marcado para toda la vida. Otra de las versiones de la leyenda, nombra al sacerdote bajonavarro Pierre de Axula, como catedrático de la Cueva de Salamanca, así como Clemente Potosí, en una suerte de sacristán o bachiller de la cueva, y a una cabeza parlante que acompañaba en las supuestas clases.

Existe otra versión de la leyenda de la Cueva de Salamanca, hecha por escritor portugués Francisco Botello de Moraes en su obra: Historia de las cuevas de Salamanca (1734), en donde nombra a una diablesa, a la Madre Celestina y a Mariálvara (una mujer con pata de cabra). En esta versión solo se relata las noches de enseñanzas demoniacas a estos fantásticos personajes.


Fuente: Proyecto 101 en Salamanca Arquitectura:

La llamada Cueva de Salamanca es en realidad la cripta de la desaparecida iglesia de San Cebrián donde cuenta la leyenda se celebraban ritos de iniciación al ocultismo y la nigromancia en un tiempo marcado por el teocentrismo.

La leyenda más conocida que establece como lugar de referencia esta cueva es la que cuentan le sucedió a un grupo de estudiantes entre los que se encontraba el Marqués de Villena, que deseosos de introducirse en las artes ocultas llegaron al acuerdo de que al cabo de los siete años que duraban los ritos iniciáticos uno de ellos se quedaría en la cueva en pago por los servicios prestados.

Trancurrido el tiempo y después de echado a suertes le tocó quedarse al Marqués de Villena que para librarse de la servidumbre al diablo se metió en una gran botija de vino escapando cuando este dejó abierta la puerta de la Cueva.

Otras leyendas dicen que el Marqués de Villena llegó a un pacto con el diablo por el que el recuperaba la libertad a cambio de cederle este su sombra, o su alma.

Este lugar en el que los estudiantes de Salamanca aprendieron durante generaciones las artes marginadas fue cristianizado construyendo sobre la cueva una iglesia de pequeñas dimensiones que se llamó de San Cebrián o de San Cipriano, y aunque en el XVI Isabel la Católica dió la orden de que se tapiase la cripta de la iglesia para evitar que se siguiesen produciendo en el lugar ritos iniciáticos siempre se dijo que la actividad nunca cesó.

Así la ciudad adquirió fama de ciudad mágica, a través de los conquistadores estas historias llegaron América donde aún hoy se le denominan "salamancas" a las cuevas donde se practican o un día se practicaron este tipo de ritos.

También fueron muchos los literatos que en sus escritos se refieron a este lugar entre ellos Diego de Quevedo o Miguel de Cervantes que dedica a este lugar uno de sus entremeses o una comedia del XVII de Juan Ruiz de Alarcón con el mismo título.


Aportado por Malina Murnau.